ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROESOFÁGICO
ÍNDICE
1. GENERALIDADES Y CONCEPTOS BÁSICOS
4. FISIOPATOLOGÍAY CUADRO CLÍNICO
¡Bienvenidxs!, soy Interneuronamed, en esta entrada les hablaré y resumiré acerca del manejo y abordaje médico para la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) en pacientes pediátricos, un tema similar al ERGE del adulto en cuanto a fisiopatología y tratamientos farmacológicos y quirúrgicos disponibles, pero con sus excepciones y detalles por edades.
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La regurgitación infantil
funcional se presenta en lactantes sanos de 3-12 meses de edad, con dos o más
regurgitaciones al día, en al menos 3 semanas; sin detención del crecimiento,
hematemesis, apnea, anormalidades posturales, dificultad para la alimentación,
alteración de la mecánica de la deglución o aspiraciones pulmonares. Cuando
esta regurgitación ocasiona inflamación o lesiones tisulares se denomina
enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
El reflujo gastroesofágico (RGE) es el
paso de contenido gástrico hacia el esófago, con o sin regurgitaciones o
vómito. Es un proceso fisiológico normal que ocurre varias veces al día en
niños y adultos sanos; la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) implica
la presencia de síntomas y complicaciones asociados.
Fisiopatología del ERGE |
Las regurgitaciones están
presentes en más de la mitad de los lactantes en el primer año de vida. Se
sugiere no utilizar supresores de ácidos u otros fármacos para estos lactantes.
Generalmente sólo es suficiente la educación a la familia o cuidador. El
reflujo gastroesofágico es autolimitado en el primer año de vida sin requerir
estudios de gabinete ni tratamiento farmacológico.
TIP INTERNEURONA: La regurgitación es el paso del
contenido gástrico hacia el esófago o hacia la boca “sin esfuerzo alguno” o
“arcada”, esto quiere decir que no hay contracción diafragmática; es un regreso
involuntario hacia la boca, de comida o secreciones previamente deglutidas.
2. PERIODO PREPATOGÉNICO (FACTORES DE RIESGO)
- AGENTE: no se ha identificado
ninguno relacionado con ERGE de tipo primario.
- HUÉSPED: los factores
relacionados con ERGE dependerán de la función del esfínter esofágico inferior
y del hiato para contener el reflujo gastroesofágico, función de depuración
esofágica, capacidad neutralizadora de la saliva, resistencia intrínseca de la
mucosa esofágica y situaciones relacionadas con las funciones de secreción y
vaciamiento del estómago. Se han identificado genes relacionados con el ERGE
erosivo, esófago de Barret y adenocarcinoma esofágico.
- AMBIENTE: se identifican dietas
con alto contenido en grasas, ingestión de cafeína y contacto frecuente con
humo del tabaco como factores que favorecen el RGE al disminuir la presión del
esfínter esofágico inferior (EEI).
Causas de Esofagitis |
3. PREVENCIÓN PRIMARIA
En este apartado podemos destacar
la promoción a la salud, capacitando a los padres y profesionales de la salud
en cuanto al RGE fisiológico como manifestación habitual, fisiológica, en más
de dos terceras partes de los lactantes sanos durante el primer año de vida. No
hay protección específica, por lo que la detección temprana de ERGE es un
objetivo en atención primaria o visitas periódicas al médico familiar o
pediatra.
Los pacientes con mayor riesgo de
ERGE son aquellos con:
- Antecedente de reparación de fístulas traqueoesofágicas.
- Atresia esofágica.
- Pacientes con daño o retraso mental.
- Hernia hiatal.
- Displasia broncopulmonar.
- Asma.
- Fibrosis quística.
- Escoliosis.
- Parálisis cerebral espástica.
- Laringomalasia.
- Obesidad.
- Antecedente de prematurez.
En lactantes y niños menores de dos años y medio de edad, no hay síntomas o síndrome clínico para diagnosticar ERGE o predecir respuesta al tratamiento como en los preescolares y adolescentes, en los cuales basta con los síntomas típicos para el diagnóstico e inicio de tratamiento.
TIP INTERNEURONA: La consulta
pediátrica periódica es una conducta preventiva por el huésped sano, y la
identificación de los signos de alarma (bajo peso, detención del crecimiento,
disfagia, anemia, síntomas respiratorios crónicos) con parte de la consulta
preventiva por el equipo de salud.
4. PERÍODO PATOGÉNICO
A) ETAPA SUBCLÍNICA
(FISIOPATOLOGÍA)
Entre los factores asociados a la
fisiopatología tenemos a la actividad motora propulsiva desorganizada del
cuerpo esofágico, presión disminuida del esfínter esofágico inferior, retraso
del vaciamiento gástrico y la hipersecreción del ácido estomacal. Las
relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior se definen como las
que ocurren sin deglución y permiten que el contenido gástrico fluya hacia el
esófago.
TIP INTERNEURONA: El mecanismo
fisiopatológico más importante en la génesis del ERGE son las relajaciones
transitorias del esfínter esofágico inferior.
En la evolución natural del ERGE
encontramos una mejoría espontánea con desaparición de los síntomas hasta en un
55% a los 10 meses de edad, 81% a los 18 meses y 98% a los dos años de vida. Se
sugiere cierta predisposición genética a ERGE y sus complicaciones al encontrar
la relación de los síntomas de reflujo con hernia hiatal, esofagitis erosiva,
esófago de Barrett y adenocarcinoma esofágico en familias.
TIP INTERNEURONA: Están en mayor
riesgo de ERGE los pacientes con afección neurológica, obesidad, síndromes
genéticos, atresia esofágica, enfermedad pulmonar crónica y nacimiento
prematuro.
B) ETAPA CLÍNICA (CUADRO CLÍNICO)
El lactante suele presentar
regurgitaciones, que son el regreso de pequeñas cantidades de contenido
gástrico a la faringe o boca, sin náusea o esfuerzo, y en ocasiones vómito;
expulsión violenta del contenido gástrico con náusea, arqueo, sin ningún otro
signo o síntoma. Es un episodio que ocurre durante el primer año de vida y
hasta el 65% de lactantes sanos de 3-9 meses de edad.
TIP INTERNEURONA: El RGE se
resuelve espontáneamente en la mayoría de los lactantes sanos entre los 12 y 14
meses de edad.
El diagnóstico es todo un reto
cuando se trata de neonatos prematuros, esto es porque tienen síntomas
inespecíficos y pruebas diagnósticas limitadas. Los lactantes con ERGE suelen
tener vómito con otras manifestaciones, como irritabilidad, trastornos
alimentarios, problema de sueño, peso bajo, retraso del crecimiento, tos
crónica broncoespasmo, laringitis crónica y episodios de ahogamiento. En
mayores de dos años y adolescentes se manifiesta por pirosis (dolor torácico,
subesternal ardoroso, con o sin regurgitación).
Aunque existan términos como
síndrome de reflujo típico o síndrome de dolor torácico por reflujo, no se
puede establecer un diagnóstico clínico basado en antecedentes de pirosis en
lactantes y preescolares por sus habilidades limitadas de comunicación a esas
edades. Los niños sin lesión neurológica podrán referir dolor, pero no
describir características, intensidad, ubicación y gravedad, hasta por lo menos
a los 8-12 años.
TIP INTERNEURONA: A pesar de que
se empleen términos erróneos en los libros como “síntomas”, el cual es
subjetivo y referido por el paciente, debemos tomar siempre en cuenta que en
pediatría los lactantes y preescolares se les dificultará expresar toda
sintomatología, quedándonos sólo con los signos, que son objetivos y percibidos
por el explorador.
El cuadro clínico común es:
- Regurgitaciones recurrentes, con o sin vómito.
- Incremento insuficiente o pérdida de peso.
- Lactante irritable.
- Rumiación.
- Pirosis / dolor torácico.
- Hematemesis.
- Dispepsia.
- Disfagia.
- Odinofagia.
- Estridor / tos / ronquera.
Las consideradas como
complicaciones secundarias son:
- Esofagitis.
- Estenosis esofágica.
- Esófago de Barret.
- Adenocarcinoma esofágico.
Sobre las manifestaciones
extraintestinales y otros signos están:
- Laringitis.
- Episodios de apnea.
- Neumonía recurrente.
- Anemia.
- Erosión dental.
- Postura cervical distónica (síndrome de Sandifer).
- Episodios aparentes que amenazan la vida.
TIP INTERNEURONA: El lactante con
ERGE suele presentar vómito asociado a pirosis, irritabilidad, trastornos
alimentarios, alteración del sueño, peso bajo y retraso en el crecimiento. En
algunos casos hay manifestaciones respiratorias como tos crónica,
broncoespasmo, neumonías recurrentes, laringitis, laringoespasmo, cianosis y
período de apnea durante el RGE.
DATO INTERNEURONA: La
regurgitación recurrente generalmente disminuye durante el primer año de vida y
se resuelve entre los 12-18 meses de edad.
Cuadro Clínico, Signos y Síntomas |
TIP INTERNEURONA: En los
pediátricos de dos años y adolescentes, el cuadro de ERGE es más típico con
vómito, pirosis, dolor retroesternal y disfagia (cuadro clínico de esofagitis
péptica), y a veces complicaciones como sangrado de tubo digestivo alto,
esofagitis erosiva, estenosis esofágica, esófago de Barret y adenocarcinoma
esofágico. Entre otras complicaciones menos comunes: desnutrición secundaria y
anemia.
En los lactantes con
regurgitación o vómito debemos tomar en cuenta los signos de alarma:
- Vómito biliar.
- Sangrado de tubo digestivo alto (hematemesis o hematoquecia).
- Vómito en proyectil (inicio después de los 6 meses de edad).
- Retraso en el crecimiento.
- Diarrea / estreñimiento.
- Fiebre / Letargo.
- Hepatoesplenomegalia
- Macrocefalia.
- Microcefalia.
- Fontanela abombada.
- Distención abdominal.
- Trastorno metabólico/genético confirmado o en sospecha.
TIP INTERNEURONA: En los
lactantes los síntomas frecuentes de reflujo funcional son la regurgitación,
irritabilidad y vómito. No obstante, son indistinguibles de los causados por
alergia a la leche de vaca, cólico y otros diagnósticos diferenciales.
Signos de Alarma |
TIP INTERNEURONA: La presentación clínica en RGE no
complicado, también llamado vomitadores felices, consta de RGE sin esfuerzo,
regurgitación sin dolor en niños sanos y crecimiento normal.
Se ha reportado un mayor riesgo
de ERGE en pacientes pediátricos con trastornos neuromusculares como distrofia
muscular, parálisis cerebral y síndrome de Down; también tienen mayor riesgo de
desarrollar complicaciones respiratorias por ERGE; representan un buen
porcentaje de niños referidos para cirugía antirreflujo.
TIP INTERNEURONA: Las
complicaciones por ERGE son más comunes en pacientes posquirúrgicos por atresia
esofágica (VER AQUÍ) en el período perinatal.
5. PREVENCIÓN SECUNDARIA (DX TEMPRANO Y TX OPORTUNO)
En primer lugar, debemos
establecer una historia clínica y exploración física completa para el
diagnóstico de ERGE; debemos realizar un diagnóstico diferencial, sobre todo,
en pacientes desnutridos o con retraso en el crecimiento, eso es el descarte de
insuficiencia renal, infección de vías urinarias (VER AQUÍ), acidosis tubular
renal, uropatía obstructiva, trastornos que causan hiperamonemia, afección
infecciosa o parasitaria de tubo digestivo. En caso de sospechar ERGE, podemos
considerar tratamiento sin realización previa de estudios.
TIP INTERNEURONA: En un lactante
con RGE, no necesitamos estudios de gabinete, pueden ser controlados con manejo
dietético y posición, considerando como piedra angular el informar y educar a los
padres de la naturaleza fisiológica del mismo.
En la historia clínica, la GPC de
México, se recomienda una historia alimentaria para estimar ingesta calórica
por día y estimar pérdida de energía por la regurgitación; preguntar sobre la
preparación de la fórmula; preguntar si hay suficiente leche materna y cómo
succiona el niño. Se recomienda identificar el problema, explicar síntomas a
los padres del paciente y vigilar peso del lactante en consultas posteriores.
Historia Clínica Pediátrica en ERGE |
TIP INTERNEURONA: Administrar una
nueva toma de fórmula cada vez que el infante vomite o regurgite, sin
sobrealimentar al lactante.
Se recomienda descartar
infecciones de vías urinarias, alergia a los alimentos, anormalidades
anatómicas desórdenes neurológicos, enfermedades metabólicas, negligencia y
abuso. También es recomendable realizar EGO, electrolitos séricos con
creatinina, abordaje de enfermedad celíaca y SEGD.
TIP INTERNEURONA: La GPC de
México no recomienda realizar un diagnóstico clínico basado en la historia de
acidez o dolor retroesternal en lactantes, preescolares o adolescentes que no
se expresen verbalmente.
A) ESTUDIOS DE GABINETE
La serie esofagogastroduodenal
(SEGD) no es útil para el diagnóstico, pero sí para confirmar o descartar
anomalías anatómicas de la porción superior del sistema gastrointestinal como
estenosis esofágica, hernia hiatal (VER AQUÍ), obstrucción pilórica,
malrotación y obstrucción duodenal en lactantes con síndrome emético y acalasia
en niños mayores.
La medición del pH intraesofágico
por 24 horas, antes considerado como el estándar de oro, tiene como limitación
que sólo detecta reflujo ácido. Sus indicaciones son en síntomas típicos de RGE
(vómito, regurgitaciones) refractarios al tratamiento médico, evaluación de la
efectividad y ajuste de dosis del tratamiento, estudio de síntomas atípicos
(irritabilidad, síntomas respiratorios crónicos como asma de difícil control,
estridor laríngeo, laringoespasmo, neumonía de repetición, apnea), dolor
torácico no cardiogénico, posturas anormales, síndrome de Sandifer (hiperextensión
de cuello y tortícolis atribuible a pirosis.
Las
ulceraciones visibles con endoscopia en la mucosa de la porción distal del
esófago son la evidencia más confiable de la esofagitis por reflujo. Es
recomendable la toma de biopsias como apoyo importante en el diagnóstico
diferencial (alergia alimentaria [VER AQUÍ], esofagitis eosinofílica). La
biopsia endoscópica no puede determinar si la esofagitis es causada por reflujo;
y el daño esofágico por reflujo es gradado por las escalas como la de Hetzel-Dent.
NOTA INTERNEURONA: La ausencia de
cambios histológicos no descarta la enfermedad por reflujo.
La manometría esofágica no se
utiliza para el diagnóstico, aun cuando el ERGE es considerado un trastorno de
la motilidad. El gammagrama con Tc99 oral puede ser útil para reconocer
broncoaspiración del radioisótopo en niños con ERGE y síntomas respiratorios
crónicos, permite evaluar el vaciamiento gástrico identificando un retraso en
este, relacionado con hipersecreción gástrica y alergia alimentaria.
TIP INTERNEURONA: En condiciones
normales, un lactante puede tener 3-4 episodios de RGE en cinco minutos de
fluoroscopia, que disminuyen a 1-2 episodios por día al año de edad, por lo que
la presencia de RGE no indica en todos los casos una enfermedad.
La impedancia intraluminal
múltiple (IMM) combinada con medición del pH detecta episodios de reflujo
ácido, ácido débil y no ácido. Es superior por sí sola a la vigilancia del pH;
se considera el estándar de oro con cierta limitación de su uso en niños
pequeños.
B) TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO Y NO
FARMACOLÓGICO
Es importante considerar si el
RGE es fisiológico o patológico, la edad del paciente y presentación clínica
para brindar un tratamiento óptimo. En un lactante con RGE fisiológico está
indicada la intervención no farmacológica que consiste en posición prona si el
lactante está despierto con estrecha vigilancia, en particular en períodos
posprandiales; se recomienda que se coloquen sobre el lado derecho durante la
primera hora posterior a la alimentación para promover vaciamiento gástrico y
después cambiar al lado izquierdo para reducir el reflujo; no se recomienda
apoyar al lactante con almohadas para mantenerlo acostado de lado.
TIP INTERNEURONA: los lactantes
alimentados con leche materna y los alimentados con fórmula tienen frecuencia
similar de RGE fisiológico, aunque la duración de los episodios del reflujo
suele ser más breve en alimentados con leche materna.
DATO INTERNEURONA: Las fórmulas
antirregurgitación, que aumentan la viscosidad, se elaboran para suprimir cerca de
la mitad de su contenido de lactosa y añadir almidón pregelatinizado de arroz o
maíz.
NOTA INTERNEURONA: La posición
semisupina, como la lograda en los asientos de carro para niños, exacerba el
ERGE, mientras que la posición prona en menores de 12 meses de edad, aumenta el
riesgo de muerte súbita infantil y no es recomendada en menores de 12 meses
durante el sueño.
El espesamiento de la fórmula
convencional con cereal da resultados similares a las fórmulas
antirregurgitación, pero tiene el inconveniente de que la adición de hidratos de
carbono altera el perfil nutrimental al incrementar la densidad calórica, lo
que puede originar retraso del vaciamiento gástrico e incremento de la
adiposidad. La GPC de México menciona que, aunque los espesantes, como el
cereal de arroz, mejoraron la regurgitación, se relacionaron con mayor aumento
de peso cuando son utilizadas durante un largo período de tiempo.
TIP INTERNEURONA: El espesamiento
de la fórmula puede fomentar la aparición de reflujo oculto y alterar los
mecanismos de aclaración esofágica, permitiendo que el contenido ácido
regurgitado permanezca más tiempo de lo normal en el esófago, promoviendo la
lesión de la mucosa esofágica.
DATO INTERNEURONA: Los síntomas
gastrointestinales de la alergia a la proteína de la leche de vaca puede
presentarse como síntomas tipo ERGE y esofagitis eosinofílica alérgica (EoE).
Con frecuencia el cuadro clínico es náusea, vómito, dolor abdominal, diarrea,
retraso en el crecimiento y pérdida de peso. Los neonatos sensibilizados
inducen disritmia gástrica severa y vaciamiento gástrico retardado.
TIP INTERNEURONA: Algunos
estudios apoyan el uso de fórmulas muy hidrolizadas o con aminoácidos en
lactantes alimentados con fórmula que presentan vómito y regurgitación
problemáticos. En los lactantes con vómito se recomienda por la GPC de México
el uso de fórmulas de proteínas hidrolizadas durante 2-4 semanas, como prueba
ante la sospecha de alergia a la proteína de leche de vaca.
En niños y adolescentes se
recomienda evitar fumar, evitar ingesta de alcohol; en los adolescentes dormir
en decúbito lateral izquierdo, elevación de la cabecera de la cama y pérdida
ponderal de peso.
Sólo en casos de ERGE o
esofagitis erosiva se indica tratamiento farmacológico. Los estudios de
gabinete previos al tratamiento se justifican en sospecha de ERGE; en lactantes
con síndrome emético, estado nutricio normal y manifestaciones no graves
(irritabilidad, alteración del sueño o llanto excesivo) se puede realizar
tratamiento farmacológico sin estudios previos.
Los principales fármacos
utilizados son los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol y sus
derivados); aunque la cisaprida disminuye la frecuencia de regurgitaciones y
vómitos en niños con ERGE, tiene potencial para provocar trastornos del ritmo. En
niños y adolescentes con acidez crónica se recomiendan cambios en el estilo de
vida, evitar el factor precipitante y administrar IBP durante 2-4 semanas.
Si los síntomas desaparecen con
el uso de IBP y cambio de estilo de vida, continuar con el tratamiento por 3
meses. Si los síntomas recurren después de haber disminuido o suspendido la
farmacoterapia, se recomienda enviar al niño con el pediatra gastroenterólogo.
NOTA INTERNEURONA: Los pacientes
que requieren dosis más altas de IBP para controlar los síntomas y producir
curación, son los que están más predispuestos al ERGE crónico, severo y con
mayor grado de esofagitis, siendo la complicación MÁS GRAVE de la esofagitis
por ERGE, el esófago de Barret.
TIP INTERNEURONA: Los
antagonistas de receptores H2, como la ranitidina, ya no son utilizados. Se
prohibió la venta y consumo de ranitidina en octubre 2019 por encontrarse
contaminado por N-nitroso-dimetil-amina, un agente cancerígeno para el
desarrollo de cáncer de hígado. También no se recomienda el uso de ARH2 para
uso crónico, por desarrollo de taquifilaxia después de 6 semanas.
Los IBP deben tener capa entérica
y administrarse antes del desayuno, ya que la biodisponibilidad disminuye si se
toma con alimentos. El efecto supresor de ácido máximo puede verse hasta
después de 4 días. Los IBP aprobados en pediatría para lactantes son el omeprazol,
lansoprazol, esomeprazol; en niños y adolescentes se agregan el pantoprazol y
rabeprazol. Los efectos adversos asociados son reacciones de idiosincrasia en
un 14% (cefalea, diarrea, estreñimiento, náusea), hipoclorhidria,
hipergastrinemia por fármacos, gastritis atrófica, malabsorción por
hipoclorhidria, entre otros.
DATO INTERNEURONA: El incremento
de hipoclorhidria y supresión ácida, puede aumentar la tasa de aparición de
neumonía adquirida en la comunidad, gastroenteritis y enterocolitis necrosante.
La GPC de México recomienda el uso de omeprazol en pacientes con acidez
moderada-severa por 2-4 semanas. Se recomienda iniciar terapia de IBP en
pacientes con esofagitis por 4-8 semanas; cuando hay esofagitis severa erosiva
el tratamiento deberá ser de 3-6 meses. NO INTERRUMPIR súbitamente los IBP por efecto
rebote de la secreción ácida. En pacientes con dosis moderadas y altas de IBP,
puede reducirse la dosis a 50% cada semana hasta suspender los IBP.
Los procinéticos deben
considerarse en pacientes seleccionados con gastroparesia y otros problemas del
vaciamiento gástrico que contribuyan al ERGE, entre ellos está la
metoclopramida, domperidona y cisaprida; esta última, aunque es segura y bien
tolerada, se asocia con arritmias cardíacas y muerte súbita. Mientras que los
efectos adversos de la metoclopramida son letargia, irritabilidad,
ginecomastia, galactorrea, síntomas extrapiramidales y discinesia. La cisaprida
deberá restringirse a un programa de vigilancia estrecha por el gastroenterólogo
pediatra.
Los antiácidos son apropiados
para su uso a corto plazo en el alivio de acidez en niños mayores, adolescentes
o adultos, con síntomas poco frecuentes. Ayudan a controlar la acidez en los
primeros 5 minutos, pero su efecto es de corta duración por 30-60 minutos.
NINGUNO de estos se recomienda como único tratamiento para los síntomas de
ERGE, y por la existencia de alternativas como IBP, la terapia crónica con
amortiguadores, alginatos o sucralfato no se recomienda para el tratamiento de
ERGE.
En niños con regurgitación
recurrente no complicada, debemos promover la educación a los padres, aumentar
la frecuencia de la alimentación, disminuir el volumen de los alimentos y
modificar su composición. Puede ser considerado el espesamiento de la fórmula,
recordar siempre individualizar cada tratamiento en los pacientes. No se
recomienda el uso de IBP ni ARH2.
En los pacientes con Eventos que
Amenazan la Vida (EAV), cursan con apnea, cambio de coloración (cianosis,
palidez, plétora), tono muscular anormal (flacidez, rigidez), ahogo, náusea y
necesidad de reanimación; en estos pacientes y con sospecha de ERGE, la terapia
médica no se recomienda.
C) TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
La funduplicatura se considerará
en pacientes con afección pulmonar grave (neumonía por aspiración) y casos de
reflujo con apnea. En mayores de cuatro años se indicará ante esofagitis
erosiva difusa, sangrado de tubo digestivo secundario, estenosis esofágica,
esófago de Barret, niños mayores con asma de difícil control o enfermedad
pulmonar crónica. En pacientes con daño neurológico, trastornos de la
deglución, gastrostomía para alimentación enteral, vómitos que no responden a
los IBP.
Las complicaciones de la cirugía
antirreflujo ocurren en un 2-45% de los casos, siendo más comunes la ruptura de
la envoltura, obstrucción del intestino delgado, síndrome de hinchazón por gas,
infección, atelectasia o neumonía, perforación, estenosis esofágica persistente,
obstrucción esofágica.
TIP INTERNEURONA: La funduplicatura
a temprana edad tiene mayor porcentaje de falla que la realizada en la infancia
tardía. La GPC de México recomienda la cirugía en falla al tratamiento médico,
dependencia a largo plazo del tratamiento, poco apego al tratamiento,
complicaciones que amenacen la vida y pacientes con daño pulmonar secundario.
6. LIMITACIÓN DEL DAÑO
La estenosis esofágica es la
secuela de mayor trascendencia y conduce a desnutrición secundaria, anemia por
hemorragia oculta e impacción de cuerpos extraños; su manejo se dirige a
rehabilitación del esófago enfermo con tratamiento antirreflujo, funduplicatura
y dilataciones esofágicas; en casos de fracaso puede recomendarse la
sustitución esofágica por estómago o colon.
TIP INTERNEURONA: Insistir en el
apoyo psicológico y emocional tanto del paciente como de la familia.
Importante la consulta pediátrica
periódica en todo paciente tratado con IBP crónicos para determinar tratamiento
continuo. En casos de esofagitis leve, puede tratarse durante 4-8 semanas y
reevaluarse; en caso de esofagitis erosiva deben realizarse una nueva
valoración endoscópica a los 3-6 meses de tratamiento.
TIP INTERNEURONA: Capacitación a
los padres y personal de salud, sobre todo la identificación de signos de
alarma para referencia a segundo (pediatra) o tercer nivel (gastroenterólogo y
cirujanos pediatras) de atención oportunamente.
7. REFERENCIA A TERCER NIVEL DE ATENCIÓN
Si los síntomas son resueltos,
continuar con IBP por 3 meses. Si persiste la acidez o recurre después del tratamiento,
se recomienda referir al tercer nivel de atención. También se refiere si los
síntomas empeoran o no se resuelven de los 12-18 meses de edad o si el paciente
tiene signos de alarma.
En los niños con regurgitación,
vómito y poca ganancia de peso, si el manejo dietético falla o no se encuentran
anomalías en los estudios de gabinete, se recomienda referir al tercer nivel de
atención. También ante la sospecha de alguna complicación como falla de medro,
disfagia, odinofagia y anorexia, anemia, asma, eventos de casi ahogamiento,
esofagitis erosiva y esófago de Barret.
8. ¿CÓMO CITO ESTE ARTÍCULO PARA MIS TRABAJOS?
Medina I., Reflujo en Bebés: ERGE, ENARM 2021 [Internet]. México: Interneuronamed; 2021 jul. [Consultado - Revisado]. Disponible en: https://interneuronamed.blogspot.com/2021/10/ERGE.html
Modificar la sección de "[Consultado - Revisado]" con la fecha de hoy como alguno de los ejemplos siguientes:
1. [Revisado 01 jul 2021]
2. [Consultado 01 jul 2021]